Te dejo partir…

… porque no me gusta que pienses que estás en una jaula.

Te dejo partir porque junto a mí tus alas se debilitan, y yo sé que fueron concebidas para algo mucho más grande que permanecer a mi lado.

Me quedaría contemplándote, pero me conformo con ver cómo despegas, cómo consigues alejarte de mi y sin embargo tu esfuerzo te lleva adelante… al principio serás imbatible pero ten cuidado con los halcones.

Palomas… todas arremolinadas en la plaza del Pilar esperando el descuido de un niño, la generosidad de un anciano… o pícaramente buscándose el propio porvenir… yo no te veo así.

Buitres… encuentran vida donde hay muerte, vuelan lentos y majestuosos, ayudan a que el ciclo de la vida siga…  demasiado diferente a ti.

Águila… Surca el cielo en busca de una presa, su límite está sólo en su visión, se sabe en cierto modo perfecta… así no eres tú.

Yo más bien te veo como una golondrina… a nadie se le ocurriría acapararte, todo el mundo como yo te adora pero, por mucho que quiera quererte, llega la nueva estación y te vas de mi lado… y me quedo con la única verdad de que estarás bien lejos de aquí, de que en otro sitio es donde está tu verdadero hogar.  La diferencia con ellas es que por mucho que espere una estación, es bien seguro que no volverás.

Es hora de partir, ya puedes volar, todo ha sido tan rápido… pero ya pasó el invierno y todo lo que tuvo que pasar, sucedió y ya forma parte del pasado.

Vendrán más golondrinas y seré feliz cuidándolas… pero la verdadera lástima es tener que dejarlas partir.