El tiempo en Zaragoza

miércoles, 20 de mayo de 2009

Las manchas... esas grandes desconocidas

Te levantas como cada día.

Sigues tu rutina: lees el periódico, te pones tu ropa limpia, te dispones a tomar el café y... ¡zas! lo que empezaba tan bien y parecía tan normal ahora es visible a través de la manga de tu camisa blanca (sí, no podía ser de otro color).

¿Qué sientes? Por una parte te sientes imbécil, por otra parte te ríes porque es una innovación en tu día que no esperabas, y finalmente te resignas y abres de nuevo el armario para buscar otra ropa que ponerte.

Todo lo ha causado una mancha... algo tan insignificante, de hecho por si misma no es nada, siempre decimos "mancha de...", "me he manchado con...", dando más importancia al contenido que al continente, y sin embargo es tan humilde... nunca sabes cuándo aparece, pero cuando aparece suele ser signo de inferioridad, como si el simple descontrol que produce el cambio de color de una prenda, un mantel... fuera tal que hubiéramos perdido la perfección y el control de nosotros mismos.

Nos gusta tan poco ver una... rápidamente avisamos al que la tiene. ¿acaso no es singular observar una forma fruto de la casualidad que apenas sin inmutarnos vamos rápidamente a quitarla con agua y jabón?

A veces nos sentimos como un manchurrón en la prenda de alguien... pero es en esos momentos cuando hay que plantearse... aunque fuera cierto... qué bello sería, sólo que a diferencia de ellas, voy a plantear extenderme para joder más al que la lleva puesta ;-)

¡Hasta pronto amigos!