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lunes, 9 de marzo de 2009

De una noche de agosto de 2002…

Tan solo estuve el verano

y tan ávido de fiesta

que rompí el trato

y una noche fui porreta.

 

Mientras tú, paloma

en tu lecho descansabas

confiando en mi palabra.

Fui cruel y taimado

por una jornada oculté

que yo no había fumado.

 

Miedo, poca oportunidad

me tuviste que rogar

para contar lo acaecido.

 

La astilla de hielo clavóse

lastimando nuestro amor

por ganarme esa noche

perdí nuestro esplendor.

 

¿Dónde estará la confianza

y sinceridad que tú plantaste?

¿Y dónde la añoranza

de lo bonito de antes?

 

Si yo pierdo mi tesoro

por no alzar la voz

¡que me cueste sudor

pero yo me reformo!

 

La mala acción truncó lo que pudo

una noche, una relación

¿Se acabó toda la pasión?

Cambiaré, ¡así no soy yo!

 

Lagos de lágrimas

infiernos de dolor,

cielos de rimas

y nidos de pasión.

 

He empezado muchas buenas cosas contigo

acabaré con las malas

seré el buen José sincero

¡Dios será su testigo!

 

Si tal vago deseo en estas sombras

no pudiese ver cumplido yo

no lo firmaría con este candor…

¡no soy un forajido!

 

Todo el tiempo que quieras

decide con buen tino

diga lo que diga el reloj

tu mente te da la respuesta

te dirá cuál es tu sino.

Espero ver que aciertas.

 

Bueno por la cosa está un poco claro de qué iba el tema, ¿no?

Ahora ya todo eso queda tan lejano… pero todavía recuerdo los barullos que me supuso la aventura, menos mal que visto ahora es todo bastante tontería, y el arrepentimiento efectivamente surgió, y no volvió a pasar nada parecido.

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