El tiempo en Zaragoza

lunes, 23 de febrero de 2009

¿Un día más?

Como todos los días, pero no es un día igual, porque hoy todo me recuerda a ti.

Ha pasado un fin de semana, y no sé cuantos más pasarán antes de que vuelvas a hablarme al menos, pero ahora de lo que estoy seguro es lo que más me destroza es el desprecio, como si yo no valiera nada, como si lo nuestro no hubiera valido nada.  No me he portado bien contigo, pero la hostia más grande que me he llevado, aparte de recibir tu adiós, es sentirme como si te hubiera maltratado o algo así.

Sigo identificándome con la canción que te mandé, y cada vez que la cante recordaré cuánto te quiero, aunque tú no lo escuches, aunque tú te des cuenta pero no quieras recibirlo…

No odio Madrid, amo Madrid. No odio Alcorcón, sigo amando Alcorcón, y a ti… sigo amándote. ¿Empezar un proceso de duelo como anteriores veces? Todavía no.

He pensado en que no voy a tratar de establecer contacto contigo hasta que no acabes selectividad, porque, por encima de todo, quiero que seas feliz aunque sea sin mí, y como creo que te conozco y estarás bastante dolida lo último que necesitas es que te llame o te escriba o cualquier cosa y encima aumente tu dolor, evitando que me superes de la única manera que se puede superar a una persona: volviendo simplemente a la rutina.

Lo único positivo que me hiciste el viernes fue no maldecirme, no decirme que me muera o desaparezca, pero sí me dijiste que muriese para ti, que desapareciera para ti. Entiendo que fue una decisión firme, pero todavía no comprendo si lo dijiste en un momento de hastío para cambiar todo lo que te estaba sucediendo y volver a controlarlo tú, o si fue de verdad odio hacia mí.

Si te pareces a mi, si algo de nuestro amor sigue vivo, con el tiempo aflorarán sólo las cosas buenas, y las malas… sí, te acordarás, pero yo no las veo ni tantas ni suficientes como para quemar lo que habíamos plantado, a no ser que yo hubiese plantado un bosque y tú un jardín, es decir, que lo que me quisieras no fuera tan fuerte, no fuera tan incondicional, no fuera tan perfecto como yo lo pensaba.

Varias veces por teléfono te dije que nuestro amor o tenía que ir a más o pararse. Siempre quisiste ir a más, y pensé que la última vez que te lo dije ya no había marcha atrás. Doloroso es ahora que han pasado tantas cosas…

Voy a cambiar muchas cosas, y si en unos meses hablamos a ver qué pasa, porque creo que no viste posible el cambio, ni en tí para cambiar de idea, ni en que yo cambiara lo suficiente como para volver a mirarme a los ojos.

Como todos los días, pero no es un día igual, porque hoy todo me recuerda a ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario